"Cuidar a los ancianos ha sido un regalo para mí"
El vicepresidente del Colegio de Médicos, Andrés Rodríguez Sacristán, ha explicado a Efe que montaron esta red de voluntarios en un tiempo récord y se ha congratulado de la "buena respuesta" que han recibido porque "la gente estaba deseando participar" y colaborar. Finalmente, lograron movilizar a medio millar de personas entre ellos estudiantes de Medicina, asistentes para residencias y grupos para acompañamiento telefónico y para transportar materiales.
Victoria Olalla, madre de dos niños de 13 y 10 años, "no se lo pensó" cuando el 30 de abril recibió la petición de ayuda en uno de sus grupos de WhatsApp, en los que estaba el médico Jaime Boceta, de la unidad de Hospitalización Domiciliaria del Hospital Macarena de Sevilla y promotor de la red de voluntariado junto a su amigo Andrés Rodríguez.
Gerente de un servicio de prevención de riesgos laborales, Olalla "sintió una llamada" a participar y decidió hacerlo tras hablar con su familia a pesar del peligro que suponía, recibió los cursos formativos del Colegio de Médicos y se puso a disposición de las auxiliares en una residencia de ancianos para asear a los residentes y darles de comer.
En una segunda fase, y una vez que la residencia recuperó a algunos profesionales que estaban de baja, llegó la hora de hacer otras tareas, como tomar la temperatura y la saturación y acompañar a los ancianos. "Para mí ha sido un regalo, estoy enganchada", sostiene la voluntaria.
El compromiso de los voluntarios era ir a las residencias cuatro horas diarias durante cinco días seguidos, tras lo cual descansaban otros cinco, para tareas como dar comidas, asear, hacer camas, ayudar a tomar y registrar constantes.
Olalla contrajo luego la enfermedad pero de forma leve y con síntomas, lo que le permitió no contagiar a nadie más y confinarse en una habitación de su casa. Aprovechó esos momentos para profundizar en el teletrabajo, y tras recuperarse, al día siguiente volvió a ayudar.
Para empatizar con los residentes y que le pudieran identificar, se hizo una rudimentaria ficha con una foto colgada de una cinta del cuello porque los equipos de protección impedía a los ancianos reconocerla. "Una mujer enfadada con el mundo me dijo que era muy fea, y eso que en la foto puse mi mejor cara", relata con una sonrisa.
A pesar de los momentos duros, como el síncope que sufrió una residente o el fallecimiento de un hombre, Olalla asegura que volverá a ayudar a las residencias en un nuevo servicio de voluntariado que el Colegio de Médicos prevé mantener habitualmente.
Esta semana se ha acabado el voluntariado "intensivo" porque es "imposible seguir con este ritmo", asegura Boceta, que está diseñando junto con el vicepresidente del Colegio de Médicos el nuevo tipo de ayuda que van a prestar en las residencias, respecto a las cuales lamenta que "vivíamos de espalda por completo" y por lo que reclama un cambio de modelo.
Cuando se pueda congregar a un amplio número de personas, habrá una fiesta en las instalaciones del Colegio de Médicos para agradecer el trabajo encomiable de los voluntarios, avanza Rodríguez Sacristán.
La red creada en Sevilla, de la que sus promotores no tienen precedentes en otras provincias, se ha desarrollado en las residencias Ferrusola y Joaquín Rosillo (en la que fallecieron 24 mayores) y en el centro para sintecho Miguel Mañara. En España se calcula que han muerto más de 19.000 ancianos de residencia por la pandemia de coronavirus.
"Esta crisis acarreará una crisis económica y social sin precedentes. Podemos evitar que las clases más desfavorecidas paguen las consecuencias de la crisis de un modo dramático. Es necesario reforzar el estado social y democrático de derecho", afirma Boceta antes de interpelar a la necesidad de la movilización de la sociedad civil sin necesidad de que lo reclamen los políticos, que están dando un espectáculo "lamentable" de desunión, critica.
Efe. Entrevista
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