In memoriam Dr. D Fernando González Prada, "el médico amigo de todos"
A Fernando, con admiración:
amigo y médico
El médico amigo de todos
Cuando aún estamos consternados y profundamente heridos por tu partida de este mundo, vuelvo la vista atrás y recuerdo cuando te conocí estudiando Medicina en la sala de disección. Desde entonces, nuestra amistad se fue forjando entre adversidades y satisfacciones al superar las asignaturas de mayor dificultad. Desde el primer momento, capté tu inteligencia, sentido del humor y generosidad ayudando a todo el que te requería, condiciones que has mantenido durante tu trayectoria personal con un comportamiento ejemplar, con tus padres, tu mujer Fina, hijos, hermanos, amigos y sociedad en general.
En tu faceta profesional, dados tus profundos conocimientos y experiencia, fuiste de los pioneros en la medicina sevillana en el diagnóstico por ecografía, técnica novedosa en los 70. Gracias a tus informes exhaustivos facilitabas emitir diagnósticos con certeza para indicar el tratamiento adecuado, bien conservador y o/quirúrgico, para curar y, en muchas ocasiones, preservar la vida de los pacientes.
En la faceta personal, hemos disfrutado años de alegría juvenil, de buenos momentos inolvidables. Pertenecer a la Tuna de Medicina nos permitió viajar, conocer toda Europa con amigos entrañables: Juanele Bernabé, Giuseppe, Rufo, José Emilio... Aquella época nos regaló vivencias y anécdotas que siempre perdurarán en el recuerdo de esa añorada etapa de nuestra vida, que tantas veces hemos recordado.
Terminada la Licenciatura y Especialidad, continuamos manteniendo una relación profesional en nuestro querido Hospital Central, Clínico y actual Virgen Macarena desde su inauguración en 1974. En este centro seguiste demostrando tu dedicación, exquisito trato con tus compañeros, absoluta disponibilidad en el hospital y en tu consulta privada atendiendo con cariño y amabilidad a los infinitos compromisos con los que acudíamos a ti por la confianza que siempre nos generabas.
Has sabido transmitir tus conocimientos a generaciones de médicos que se iniciaban en tu especialidad, creando escuela y el reconocimiento de tus compañeros. Y así es como se fue forjando tu leyenda de hombre bueno, conciliador, excelente profesional, gran amigo de sus amigos y la de ser el médico que todos nos gustaría encontrar al acudir a una consulta y centro hospitalario.
A pesar de ejercer cada uno en nuestra área de conocimiento, nuestra amistad siguió siendo firme. Creamos nuestras propias familias, donde compartíamos alegrías y preocupación que dicho estado conlleva. Y es que en todos los ámbitos he podido comprobar día a día los valores personales y que como médico atesorabas en tu corazón.
En la última etapa de tu vida, te llamé para que participaras en un proyecto ilusionante: formar una candidatura con convicciones solidas de transparencia, trabajo y defensa de nuestros colegiados. En dicha candidatura, elegida para la legislatura 2013-2018, fuiste un vicepresidente que, con tu mesura, buen juicio, sensatez y afabilidad, ayudaste de forma fundamental a cumplir nuestros objetivos y a llevar la nave colegial a buen puerto.
Tuve el privilegio de compartir contigo la asistencia a múltiples convocatorias institucionales en representación de nuestro Colegio, donde recordábamos nuestros viejos tiempos y hacíamos planes para mejorar el RICOMS, siempre en beneficio de nuestros colegiados. Pero cuando se empezó a preparar la presentación de la actual candidatura, donde formabas parte como pilar básico, te sorprendió la enfermedad e hiciste tu último informe, dándonos una vez más una lección de cómo un médico debe comportarse al conocer perfectamente su enfermedad y su desenlace.
Fernando, amigo. Con tu sonrisa habitual te despediste de mí diciéndome: “Hemos trabajado, pero también lo hemos pasado bien”. Nos quedará para siempre tu sano juicio para ver siempre el lado bueno y positivo de las cosas, incluso de las más controvertidas sirviendo de ejemplo para todos.
Fuiste apreciado compañero de facultad. Lograste ser un excelente profesional reconocido por tus compañeros. Diste servicio a los colegiados con un estilo que ha dejado huella en la propia institución colegial.
Hasta siempre, amigo. Ha sido un honor y un privilegio ser tu amigo y disfrutar durante tantos años de tu compañía. En este doloroso momento alzo mi voz para nombrarte, por encima de otras justas titulaciones, que siempre serás médico y amigo.
Juan Bautista Alcañiz Folch
Ex Presidente del RICOMS