Medicina basada en la supervivencia
Sobrecargar a un piloto de avión no es bueno. Tampoco a un conductor de autobús o a un controlador aéreo. Paradójicamente, nuestra sociedad sobrecarga a los médicos y nadie se echa las manos a la cabeza. A los más jóvenes con un exceso de guardias y precariedad laboral, a los más experimentados con agendas rebosantes. Hay que admitir que venimos de épocas pasadas en las que el pluriempleo médico era la norma y compaginar consulta pública y privada esencial para llegar a fin de mes. Pero en estos momentos suele ser la organización empleadora quien trata de sacar el mayor jugo posible de cada facultativo.
Cuando a uno no lo dejan dormir en una guardia (que suele implicar que tras las ocho horas de trabajo se añadan 16 horas seguidas de servicio y muchas veces otras ocho de jornada laboral normal si no se libra), termina aborreciendo las mismas y aprendiendo todo tipo de trucos para sobrevivir.
Cuando a uno le añaden la lista de pacientes de otro compañero ausente (por enfermedad o permiso) y le toca atender 60-70 pacientes en un día (uno cada 3-4 minutos) dos o tres meses al año, termina echando humo y maldiciendo.
Cada vez las consultas de medicina general están más precarizadas. Se destinan menos recursos económicos y en consecuencia menos recursos humanos. A la par, la complejidad de los problemas de salud de nuestra sociedad se va incrementando al envejecer la población por un lado y tolerarse peor cualquier sensación de incomodidad por otro. Vamos abocados a aumentar el hospitalocentrismo, lo que genera más sobretratamientos, sobrediagnóstico, gasto económico y problemas de seguridad del paciente.
Un médico de familia sobrecargado termina trabajando en modo supervivencia. Eso no es bueno para nadie. Si el rol de médico de cabecera arde, también lo hará el resto del sistema y se dificultará la vida de muchos pacientes y cuidadores.
La ciudadanía tiene mucho que decir, también los gestores sanitarios, políticos y responsables. Por supuesto, los profesionales sanitarios. Y además de decir, ponernos manos a la obra para mejorar la asistencia sanitaria y velar para que no salten chispas ni arda nadie.
Médico de Familia. Centro de Salud Villalba pueblo (Madrid)
Fuente original: www.doctorcasado.es