En primer lugar, para valorar la actuación de un equipo es de justicia hacerlo de todo un año, es decir, desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre. Ese es el verdadero parámetro que hay que comparar con el año o los años anteriores. No podemos hacerlo de forma parcial en espacios de tiempo determinados, porque ese dato parcial puede ser mas alto o mas bajo, en un momento determinado, pero para hacer una valoración justa habrá que hacer la de los 365 días que tiene el año.
La población a la que atiende el HUVR es, como mínimo, de 557.576 usuarios, (más todos aquellos que se suman por querer ser atendidos allí gracias a su alta cualificación) por lo que se convirtió en el hospital de Sevilla con más ingresos por pacientes COVID. Esto hizo que la actividad quirúrgica quedara pausada o muy limitada durante los peores momentos de la crisis sanitaria, dado que se priorizó el tener disponible el mayor número de camas hospitalarias y profesionales (incluyendo a los cirujanos, anestesistas y resto de profesionales que asisten a un quirófano) para atender la creciente expansión del coronavirus entre la población (casi todas las plantas quirúrgicas se dejaron para ingresos de pacientes COVID, las salas de despertar se convirtieron en camas de UCI no pudiéndose operar porque no había sala de despertar disponibles).
Con esta situación, llamémosle catastrófica, la dirección del hospital, junto con la gerencia, en verano se puso en marcha un plan de choque para intentar recuperar lo antes posible todo el tiempo perdido en intervenciones. Y esto es lo grandioso de los médicos ante la dramática situación en la que estaban inmersos. Se pusieron manos a la obra, trabajando en jornadas maratonianas y difíciles, empleando los sábados para dejar más libre el hospital, y uniéndose todos en un mismo fin: ayudar a sus pacientes.
Por otra parte, además de la pandemia hay que sumar que, en este 2020, el hospital precisaba y precisa muchas reformas estructurales. Por fin, después de años de dejadez por parte de las administraciones anteriores, se ha logrado reformar hasta un 20% todos los quirófanos, con mención especial al Infantil en cuya área quirúrgica, con más de 10 años de retraso, se ha pasado de cinco a siete quirófanos.
Por ello, desde la Junta Directiva del RICOMS reconocemos el esfuerzo de todos los cirujanos y anestesistas, junto con el resto de personal de quirófanos, por mantener durante toda la pandemia, incluyendo la fase más dura de la misma, las patologías que podían aumentar la mortalidad de la población: la patología maligna y los trasplantes (es el único hospital que hace trasplantes en esta pandemia).
También cabe resaltar las medidas que se han llevado a cabo en el segundo semestre del año para mejorar estas cifras de la lista de espera del periodo de la primera ola de la pandemia:
a. Derivaciones de pacientes de patología prevalente a centros privados.
b. Programas de tarde.
c. Programación quirúrgica los sábados en programas intensivos especiales en nuestro hospital a pacientes en régimen de cirugía mayor ambulatoria o de corta estancia.
Una unidad de cirugía mayor ambulatoria separada del edificio principal que ha permitido también un aumento de la actividad quirúrgica en pacientes que no requieren ingreso hospitalario.
La Sanidad Andaluza se debe de sentir orgullosa, igual que se siente este Colegio de Médicos de Sevilla, del trabajo de las unidades quirúrgicas del HUVR. Ha sido posible gracias al increíble esfuerzo de sus cirujanos y anestesistas que, pese a todas las circunstancias, está cerca de cerrar el 2020 haciendo historia y, por primera vez en años, reducir el porcentaje de cirugías pendientes (alrededor de un 25% menos de intervenciones pendientes respecto a 2019).
¡Este es el valor y el ejemplo de los médicos!
Dr. Alfonso Carmona Martínez
Presidente del Colegio de Médicos de Sevilla