"Hay motivos"
El presidente de la OMC, Dr. Serafín Romero, desgrana en este editorial, publicado en la Revista OMC nº43, algunos de principales motivos de la profesión médica para secundar la manifestación convocada el pasado miércoles 21 de marzo por los sindicatos médicos. Como expone el Dr. Romero, financiación suficiente, pacto por la Sanidad y por los profesionales sanitarios, calidad asistencial y, sobre todo, los pacientes son, como subraya en este artículo, "motivos suficientes para alzar la voz y decir basta a las condiciones actuales en las que se ejerce la Medicina":
El SNS en general y los servicios sanitarios en particular forman parte de un sector productivo estratégico de la economía del conocimiento, generador de riqueza, bienestar, innovación científica y empleo cualificado, basado en unos principios substanciales de equidad social y solidaridad, como gran patrimonio colectivo y derecho irrenunciable de todos los españoles.
El problema más grave de nuestro SNS lo constituye su sostenibilidad económica. En el último barómetro del CIS, los encuestados afirmaron (en respuesta espontánea) que la sanidad era el tercer problema que “más les afectaba”, solo por detrás del paro y los problemas económicos, y más que la corrupción o los problemas de la educación. En la sociedad crece la percepción de que hay un “deterioro en la capacidad de los Gobiernos para financiar servicios públicos”.
Desde la llegada de la crisis económica en 2010, los ajustes y recortes han afectado de forma muy especial a los médicos. Durante estos años hemos afrontado una difícil situación en nuestras condiciones laborales -salario, antigüedad, pagas extras, complementos en la carrera profesional, aumento de horas de jornada semanal- que nos ha llevado a una situación de intensa precariedad. A esta situación hay que unir la sobrecarga asistencial, consecuencia de la pérdida de más de 10.000 empleos por las medidas indiscriminadas de aplicación de la tasa de reposición y no contratación que han hecho que se acreciente aún más la brecha de inequidad en nuestro Sistema Nacional de Salud.
Al médico le corresponde, desde su ética profesional y social, hacerse participe de la solución que las consecuencias que la crisis están provocando en nuestras instituciones sanitarias, pero sobre todo le toca gestionar la cruda realidad y responder a las necesidades de salud de los ciudadanos, y muy especialmente de los más enfermos, más desfavorecidos, más débiles y menos informados.
El médico se siente, en conciencia, interrogado. Por un lado, sus obligaciones éticas y deontológicas, la aplicación del conocimiento científico y las necesidades de los pacientes; y por otro, los recortes, las limitaciones impuestas, las injerencias interesadas, las exigencias por parte de autoridades, directivos y la propia sociedad. Y todo ello, en un contexto de incertidumbre donde falta un modelo explicativo integral para entender “dónde estamos”, así como un diseño institucional de política sanitaria con visión de futuro que genere confianza y seguridad y del cual nos sintamos partícipes y corresponsables.
En 2013 el Foro de la Profesión Médica, en el que están representadas las organizaciones médicas más representativas del sector -colegios de médicos, sindicato médico profesional, sociedades científicas, Decanos de las Facultades de Medicina, Comisión Nacional de las Especialidades y estudiantes de medicina- suscribió un Acuerdo Marco de colaboración con el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, en el que pedíamos un Pacto por la Sanidad, medidas de desarrollo profesional y recursos humanos en medicina y una corresponsabilidad en la gestión sanitaria. En 2015, pasados más de dos años, y sin tener respuesta alguna de lo firmado/comprometido, decidimos concentrarnos ante el Ministerio en protesta por el incumplimiento del acuerdo. Tras ligeros avances en desarrollos normativos, sin reflejo aún en la realidad asistencial, nos encontramos en una larga etapa de paralización política, donde siguen primando intereses partidistas sobre la acción de responsabilidad en un sector tan sensible del estado del bienestar, donde no se atisba de forma clara esos “brotes verdes” tan necesarios que rompan con la precariedad y estabilicen nuestro modelo sanitario de éxito, y eleven la categoría de dignidad que debe atribuirse a los profesionales de la medicina.
Desde la Organización Médica Colegial hemos insistido con reiteración en la necesidad de un Pacto por los Profesionales que nos devuelva la esperanza, que de sentido a nuestra necesaria implicación y compromiso con la excelencia profesional y la eficiencia en el uso de los recursos y en la gestión clínica. Un Pacto por los profesionales que eviten la hemorragia de perdida de talento que se nos va fuera de España; que planifique de forma real las necesidades de profesionales y que equipare la oferta de plazas de grado a la oferta de formación especializada necesaria para dar respuesta a las jubilaciones que se van a producir en los próximos diez años, Un Pacto por los Profesionales que dé respuestas reales y compartidas con la profesión ante la dificultad de que no encontremos médicos especialistas para cubrir zonas de especial dificultad y aleje la solución fácil de la contratación de médicos no homologados como una única solución, algo que genera desigualdad entre los ciudadanos dependiendo del lugar donde residan y disminuye la calidad asistencial. Un Pacto por los Profesionales, especialmente un Pacto por la Medicina Familiar y Comunitaria y por la Atención Primaria, la “Cenicienta” de la que todos hablan y que ninguno atiende.
Por todo esto, entendemos que hay motivos para decir basta. Hay motivos para seguir defendiendo nuestro modelo sanitario y nuestro sistema nacional de salud. Hay motivos para exigir una financiación suficiente. Hay motivos para exigir un Pacto por la Sanidad y por los Profesionales Sanitarios. Hay motivos para exigir calidad asistencial. Hay motivos por nuestros pacientes.
Por todo eso, hemos salido a la calle ayer, 21 de marzo, para alzar la voz, nuestra voz, la voz de los médicos.
Pdta. El pasado día 27 de febrero, murió un compañero de Atención Primaria cuando se dirigía a su centro de salud. Un accidente de tráfico ocurrido en una carretera comarcal de Huesca, con unas condiciones adversas por el temporal de nieve, acabó con su vida. En otras profesionales hay protocolos para estas circunstancias extremas, excepto en Sanidad del medio rural. El Dr. Raúl Vélez, como muchos compañeros del medio rural, se jugó la vida para atender a sus pacientes y la perdió. Ojalá su caso sirva para poner fin a las precarias condiciones de los médicos que trabajan en el medio rural y haya soluciones y recursos para evitar que expongan sus vidas.
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