Una lacra que persigue a nuestra profesión
Este pasado 15 de marzo se ha celebrado el Día Contra las Agresiones a Sanitarios. “Celebrar” es un verbo de lo más paradójico en este caso: su significado denota un halo de alegría, alabanza o ensalzamiento de un acto. Nunca la semántica ha estado más alejada de la realidad: no hay nada que celebrar, nada de lo que alegrarse ante una agresión a un médico o sanitario. Porque, lamentablemente, esta lacra irracional sigue existiendo en nuestra sociedad.
Ese mismo 15 de marzo, el RICOMS presentó las estadísticas de agresiones registradas (que no tienen por qué coincidir con todas las producidas) en 2017 en Andalucía, las cuales arrojan datos preocupantes que encienden (o deberían hacerlo) todas las alarmas en instituciones y ciudadanía: de las 515 agresiones en todo el país, 122 tuvieron lugar en nuestra región. Un 23,69%. Casi una de cada cuatro agresiones en España se produjo en Andalucía. En el caso de Sevilla, el Colegio registró el año pasado un total de 15 agresiones, más del doble que en 2016 (7).
En Andalucía, 8 de cada 10 agresiones fueron cometidas por pacientes; el resto, por sus familiares. ¿Qué le ha ocurrido a la sociedad andaluza para convertirse en el peor ejemplo cívico de España en cuanto a las agresiones a sanitarios? ¿Es necesaria la figura del interlocutor sanitario provincial o castigar penalmente de forma más dura –mucho más dura- este tipo de violencia absurda e inhumana? ¿Seremos los médicos reconocidos alguna vez como autoridades públicas y, por ende, su agresión como delito? ¿Tendremos que paralizarnos todos los sanitarios para que administraciones y sociedad visibilicen este problema y nos hagan caso de una vez? ¿Seremos capaces de movilizarnos y dar ese golpe encima de la mesa?
Ojalá el Colegio no tuviera nunca que asistir a un colegiado agredido; ojalá quedara todo como una pesadilla pasada… Pero la realidad, a día de hoy, es otra, y ahí estará nuestra institución para defender los derechos de nuestro colectivo.
Y es que el simple hecho de que se produzca una agresión a un médico, a un sanitario, solo una, es un problema enorme que denota una inmadurez de nuestra sociedad preocupante. Realmente preocupante.
Aprovechamos para recordaros el protocolo contra las agresiones del RICOMS:
Dr. Juan Manuel Contreras Ayala
Secretario General del RICOMS
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