Salud mental y humanismo médico: ¿Enfermedad o persona enferma?
«Existe un aspecto de la relación médico-enfermo que no puede fingirse: el sincero afecto e interés por el enfermo y sus problemas es la clave de la vocación médica, y el paciente suele tener una especial intuición para percibirlo. El médico debe adiestrarse en mantener permanentemente viva esta actitud y no dejarla adormecer por la rutina; si es incapaz de ello, mejor buscar su orientación profesional en la investigación o en la administración sanitaria, y no en el trato directo con enfermos.»
Juan Antonio Vallejo-Nágera (1926-1990)
Cómo un paradigma en crisis venía a calificar el artículo, que hace unos días leímos en las páginas del British Medical Journal, el modo clásico de hacer historias clínicas de pacientes.
Vayamos por partes. La clásica trilogía de anamnesis con exploración, diagnóstico con su pronóstico y el tratamiento final, ha sido la base teórico-práctica del tratamiento de la enfermedad; incluye los tres pasos necesarios para el adecuado enfoque de la atención que todo médico ha de prestar a su paciente. Correcto, así suele actuarse con una mayor o menor holgura según casos y circunstancias.
Pero, ¡oh sorpresa!, la moderna epidemiología registra sobre la base de la mayor longevidad que actualmente se da, la coincidencia de varias ─¡múltiples!─ enfermedades en cada paciente. Ahora, se dice, será más difícil cada vez apuntar hacia la enfermedad principal respecto a los distintos padecimientos comórbidos. Y eso es debido, se señala desde lides académicas, a la notable complejidad en la clasificación y atención de cada paciente. Se complican los protocolos, claman los futuros médicos, tras este cambio de panorama.
Así se lanza nuestra mente, con frecuencia, en un camino ilusorio que engendra dramas y quebrantos. Pero, a la par, se nos hace presente la idea de que realmente lo que atendemos son personas. Sí, la Medicina trata de «personas que atienden personas». Atender, ¡qué tarea más noble y generosa! Y más cuando esa atención conlleva la exigencia de ciencia, técnica y arte, de tal modo que se combate por rescatar la salud del paciente.
En los próximos días del 9 al 11 de marzo de 2018 se celebra en Sevilla el Congreso S.A.I.B. (Sociedad Andaluza de Investigación Bioética) con rango internacional y bajo el lema: 'Cuestión de Derechos Humanos, vulnerabilidad, no discriminación. Puentes desde la Bioética'.
En este foro defenderemos la dignidad de la persona, que en su enfermedad no puede ser discriminada, ya que su dolencia ─sea cual sea─ resalta esa misma dignidad. Así pues, hemos de alcanzar la «Medicina Centrada en la Persona», esa óptica en la que la enfermedad queda condicionada por la persona que la padece, tal como expresa la conocida frase del catedrático madrileño de Endocrinología Dr. Gregorio Marañón: No existen enfermedades, sino enfermos.
Volvamos al sincero afecto e interés por el enfermo y sus problemas que señalaba el conocido médico y escritor Juan Antonio Vallejo-Nágera. Si sabemos aunar la justicia que evita la discriminación, el esencial valor médico de cuidar correctamente a la persona enferma y la prudente valoración de la dignidad del paciente (del latín patiens, -entis, participio activo de pati «padecer, sufrir»), alcanzaremos ese sabio equilibrio del buen hacer en favor de los más necesitados.
Dr. José Ignacio del Pino Montesinos, Médico Psiquiatra
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