Maternidad y trasplantes
Cada vez tenemos mas mujeres jóvenes trasplantadas de un órgano que disfrutan de una segunda oportunidad en la vida. Como consecuencia de haber alcanzado una gran calidad de vida es lógico que se planteen la maternidad.
La maternidad en una mujer trasplantada es un reto complicado. Su organismo ha sufrido por una enfermedad terminal y, además, ha superado una gran cirugía. Los postoperatorios de los trasplantes son complejos y no hay que olvidar que precisan un tratamiento antirrechazo de por vida. Su embarazo es catalogado de “alto riesgo”, pues si el órgano trasplantado fracasa durante la gestación se ven comprometidas dos vidas. En el caso de las trasplantadas de riñón siempre se puede recurrir a la diálisis, pero si fracasan hígado, corazón o pulmón no hay alternativas.
Toda la bibliografía refiere que el menor riesgo es para las trasplantadas de riñón, le siguen las de hígado, es alto en las de corazón y se les contraindica tajantemente a las de pulmón.
En Sevilla tenemos cierta experiencia con este tema. Han nacido tres niños de mujeres trasplantadas de hígado (la mayor, Beatriz, ya tiene 20 años) y uno de una joven trasplantada de corazón (Javier, que ya tiene 7 años). De mujeres trasplantadas de riñón han nacido mas de 30 niños. La mayor es Rocío, nacida en Febrero de 1984, que ya tiene 33 años y dos hijos. Conozco a varias de estas mujeres pioneras de los trasplantes renales que ya son abuelas.
Los hijos de las mujeres trasplantadas tienen en común que son sanos, nacen con unas semanas de antelación y son de bajo peso, aunque sin necesidad de hospitalización.
Ante la demanda de información sobre este tema, organizamos en Sevilla una reunión valiente y pionera en octubre del 2005: 1º Encuentro Nacional sobre Maternidad y Trasplantes. Acudieron mujeres trasplantadas de toda España, con sus parejas e hijos, y otras que necesitaban información para plantearse la maternidad. Participaron especialistas implicados en el tema y la convivencia fue un éxito.
Hay dos grupos de mujeres trasplantadas frente a la maternidad: las que podrían lograrla en unas circunstancias concretas y las que la tienen contraindicada por correr riesgo su vida.
En unos casos es posible, pero siempre en el momento que aconseje su médico, cuando su organismo se haya recuperado de las secuelas de la enfermedad y de la intervención, cuando no haya complicaciones, el órganos trasplantado funcione correctamente y el tratamiento antirrechazo ya se haya disminuido.
En otros casos está rigurosamente contraindicado el embarazo. El riesgo de fracaso del injerto con la gestación, que conllevaría la muerte de madre e hijo, es muy alto en las trasplantadas de pulmón, en las retrasplantadas, en las que han sufrido cirugías complejas o presenten patologías asociadas que añadan más riesgo.
¿Qué alternativas tienen estas mujeres frente a una maternidad imposible? Solo dos: la adopción o la maternidad subrogada. La primera es aún más difícil de lo habitual, pues a la mujer trasplantada le deniegan la idoneidad al leer los informes médicos obligatorios.
Conozco a mujeres trasplantadas, que no quieren arriesgarse o que son conscientes del altísimo riesgo de muerte con la gestación, que se plantean la gestación subrogada. Aun no es legal en España, pero las que tienen solvencia económica marchan a otros países. A una de ellas se le ha ofrecido una hermana, ya madre de dos hijos, para lograr su sueño de ser madre, pero eso también está prohibido en España.
Este tema provoca actualmente un debate en un sector de la sociedad. Me recuerdan los tiempos de las polémicas por los “niños probeta”, hace ya muchísimos años, o con los donantes vivos de un órgano para trasplantes.
La gestación subrogada es una realidad, está aprobada en muchos países civilizados y es una necesidad en muchas familias. Necesita una legislación, una normativa, igual que se hizo con los trasplantes de donante vivo, para regularla y evitar aberraciones. Lo que no se necesita es polemizar con un tema tan sensible para muchas familias.
Ante temas tan delicados, como médico veterano, siempre me he posicionado al lado de los que sufren y no al lado de los que se atreven a lucirse con “debates bioéticos” sobre un tema que desconocen o ven desde muy lejos.
Dr. José Pérez Bernal
Director de Trasplantes del RICOMS
Colegiado 4104452
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